
Por lo general, cuando hablamos de Psicología del Deporte, hacemos referencia al deportista, entrenador y demás componentes de la población deportiva (padres, árbitros, etc.). Y pocas veces se habla del psicólogo, sus necesidades y/o padecimientos.
Me explico. Primero, uno tiene que conocerse así mismo (virtudes y debilidades). Y segundo, saber cómo actuar ante las situaciones detectadas como potencialmente estresantes.
Frustración
Y si el deportista no obtiene los resultados planteados, ¿cómo te sientes?, ¿qué es lo mejor para el deportista?.
La frustración es una respuesta emocional común al fracaso u oposición. Relacionado a la ira y la decepción, que surge de la percepción de resistencia al cumplimiento de la voluntad individual y consecución de objetivos. Cuanto mayor es la obstrucción, y la mayor de la voluntad, más la frustración es probable que sea. La causa de la frustración puede ser interna o externa. En las personas, la frustración interna pueden surgir de problema en el cumplimiento de las metas personales y deseos, las pulsiones y necesidades, o tratar con las deficiencias observadas, tales como la falta de confianza o temor a situaciones sociales. El conflicto también puede ser una fuente interna de la frustración, cuando uno tiene objetivos contrapuestos que interfieran unos con otros, puede crear una disonancia cognitiva. Las causas externas de la frustración implican condiciones fuera de un individuo, como un camino bloqueado o una tarea difícil. Mientras que hacer frente a la frustración, algunas personas pueden participar en el comportamiento pasivo-agresivo, lo que hace difícil identificar las causas originales de su frustración, ya que las respuestas son indirectas. Una respuesta más directa, y común, es una propensión a la agresión
La tolerancia a la frustración es una capacidad que, además de los deportistas, los psicólogos debemos desarrollar.
Refocalizar la atención
El deportista ha perdido o no ha conseguido los objetivos, ¿y ahora qué?, ¿qué hacemos?. Una actitud positiva, un análisis de lo ocurrido durante la competición (situación actual) y el establecimiento de los objetivos futuros, así como el estudio de las necesidades y aspectos de mejora del deportista, es una línea de trabajo que el psicólogo debe de realizar conjuntamente con el deportista. Acompañar al deportista en su progreso personal y profesional.
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